TRASCENDER
LA NO-TERAPIA.
La
importancia de poner de acuerdo a mis personajes.
La
no-terapia es una técnica utilizada por Alberto Varela y sus
seguidores que permite, de forma psico-mágica, que la persona
descubra cuál es el personaje que representa y con el que se siente
identificado. Y lo que es más importante, permite que se dé cuenta
de que él o ella no es ese personaje.
Este
descubrimiento es trascendental, pues solo desde el conocimiento de
que represento un personaje y de que no soy el personaje que
represento puedo trascenderlo.
Lo
descubro. El sock. La perplejidad por saberme descubierto,
descubierto por mí mismo, descubierto por los demás (pues la
no-terapia se realiza ante testigos, parte importante del proceso). Y
la tremenda resistencia de mi ego que no quiere que yo me entere de
que no soy él: el ego del personaje quiere que me confunda con él y
que le dedique toda mi atención y todas mis energías.
Bien,
ya sé que no soy mi personaje. Y ahora qué? Entonces qué soy?
Quién soy? Desorientación. Confusión, búsqueda de quien soy.
Búsqueda angustiosa porque necesito ser alguien. No es posible que
yo no sea nadie. Soy alguien! Soy alguien más importante que el
personaje con el que me confundía, con el que me identificaba. Soy
mejor que él. O soy peor que él, no valgo nada, o valgo bien poco.
Cualquier
alternativa que surja de la búsqueda ansiosa de quien soy me conduce
al mismo resultado: a un nuevo personaje. A un nuevo personaje más
ferozmente apegado a mi consciencia, con el que me es más fácil
confundirme e identificarme. Ahora sí sé quién soy. Ahora sí.
Éste es mi verdadero yo.
Heme
aquí identificado con mi nuevo personaje, identificado de una manera
más firme que con el personaje anterior, pues éste ya se conoce los
trucos que empleo para descubrirlo, para desenmascarar que no es yo.
Sin embargo ya se ha sembrado en mi la sospecha, ya no hay manera de
que mi creencia en que soy el nuevo personaje no tenga resquicios. Y
si este nuevo yo que acabo de descubrir no fuera mi verdadero yo?
Vuelta
a empezar. Dudas, angustias, confusión. Nueva no-terapia? Terapia
sistémica? Con ella descubriré que estoy identificado con un
personaje de mi inconsciente colectivo, probablemente de mi
inconsciente colectivo familiar, repitiendo sus historias para
intentar resolver los problemas que ellos dejaron pendientes de
resolver: descubro de dónde surge el personaje que represento, de
dónde surgen los personajes que representan quienes conmigo se
relacionan, de dónde sale el guión de la obra juntos estamos
representando, y cuál es la secreta intención de cada uno de estos
personajes.
Bien,
bien. Ya hemos descubierto el guión de la obra, y los personajes que
me rodean, y al nuevo personaje con el que me identificaba hace solo
un momento. Ya he descubierto que tampoco él es yo. También he
descubierto que está representando una obra que puedo elegir
representar o no.
Pero
qué hago si no la represento? Vivir mi vida? Pero quién soy yo si
no soy mi personaje? Quién soy verdaderamente? Cuál es mi verdadera
vida?
Una
y otra vez puedo repetir este proceso, hasta que me doy cuenta de que
yo soy muchos, que en realidad soy varios yos, cada uno con su ego,
flamante y ahíto o pequeñito y necesitado de mucho alimento.
Y
cada yo va a la suya. Todos ellos intentando reclutar mi exclusiva
atención sobre sí, cada uno de ellos intentando que le dedique
todas mis energías de forma exclusiva, en detrimento de los demás
yos. Soy muchos yos descoordinados, algo así como una jaula de
grillos.
Soy
muchos grillos o soy la jaula? Qué hago con tanto personaje, con
tanta gente? Hacia donde voy cuando cada uno tira de la cuerda en una
dirección distinta? Si ya era duro cargar con un ego, qué será
ahora que tengo que cargar con el de cada uno de mis personajes?
La
evidencia es tanta que su claridad me ciega: soy muchos, no puedo
vivir -nadie puede- sin representar un personaje, y yo represento uno
ahora, otro aquí, un tercero allá, un cuarto después. Vale, yo soy
el actor y no mis personajes, mas no es posible que prescinda de
ellos mientras viva.
Pero
cómo puedo ir a ningún sitio si mis personajes quieren ir a
distintos sitios? Qué sé yo de la ruta si siempre actúo a través
de mis personajes y ellos me indican direcciones diferentes? Y cómo
me moveré hacia ningún sitio si unos y otros tiran de la carreta en
direcciones opuestas?
Lo
urgente ahora es ponerlos de acuerdo, ponerlos a trabajar en el mismo
proyecto, ponerlos a caminar en la misma dirección. Unir su acción
y su intención en lugar de comenzar a escarbar para descubrir cómo
está constituido cada uno de ellos, o de dónde salió, o qué
pretende o...
Todas
estas son cuestiones importantes e inevitables, pero no son urgentes,
lo urgente es ponerme en marcha, y ponerme en marcha exige poner de
acuerdo a mis personajes. Pues bien pudiera ocurrir que lo que ande
ahora guiado por el personaje de turno tenga que desandarlo luego
bajo el influjo y guía de otro de mis personajes, o que ,
contrarrestadas las fuerzas de uno de mis yos por las de otro no
consiga moverme, me quede estancado. Con esa sensación de que no
avanzo o de que me muevo en círculos.
La
psicología occidental moderna no traspasa esta barrera. Sólo
algunas terapias sufís la abordan con técnicas contrastadas a lo
largo de siglos, pero la psicología académica y clínica de nuestra
sociedad rara vez se da cuenta siquiera de que no soy mi personaje, y
menos de que en mi hay muchos yos. Ni hablemos de que los psicólogos
aspiren a ponerlos de acuerdo. Ni tampoco de que los terapeutas
piensen que ello es posible. Ni en sueños.
Sin
embargo ésta es ahora la tarea urgente. Y, por tanto, ahora y aquí
ésta es la tarea importante.
A
ella nos consagramos.
Abu Fran.
Comentarios
Publicar un comentario