El
amor al gran espíritu te distancia del sentimiento y te invita a la
acción: amar es actuar y no sentir, aunque el sentimiento
acompañe a la acción y pueda a veces ser su motor o la chispa que
lo enciende.
Si
te abandonas a el gran espíritu la acción surgirá sin esfuerzo y
no hacer nada se convertirá en una hazaña. El abandono es signo de
tu confianza, y si amas verdaderamente, confías en quien amas.
El
sentimiento de plenitud acompañará tu acción cuando ésta sea
fruto del amor, pero la sensiblería ñoña no tiene nada que ver con
ello. El amor romántico es un producto de consumo y para el consumo.
Del libro de Abu Francesc, Gozar la realidad. Manual de instrucciones.
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