EL ESPECTADOR Y EL PROTAGONISTA





Al derviche le acompaña asiduamente una ilusión: la de ser espectador del gran espectáculo de la vida. Dice que su naturaleza es contemplativa, cuando, sin advertirlo, es el creador y poeta de la vida.
Solo cuando asumes conscientemente tu papel en la película, cuando decides cómo representarlo, cuando observas qué haces y cómo lo haces, entonces te conviertes en el protagonista, porque solo entonces la concreta acción del personaje que representas es la que tú eliges, no la que elige alguien que parece haber escrito en el guión.
Si te observas y observas con atención lo te que ocurre, te das cuenta que la película en la actúas es tu película, la película de tu vida. Y que tú estás llamado a ser el protagonista.

Del libro de Abu Francesc, Gozar la realidad. Manual de instrucciones.

 

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