EL OLVIDO DEL FIN











Cuando haces algo persiguiendo un fin, te encadenas. Si lo que haces lo haces como un fin en sí mismo, te liberas.
Lo que subordinas a un fin depende de él, tiene en el fin que persigues su sentido, o, por decirlo de otro modo, en sí mismo carece de sentido.
Dedicarse a hacer cosas sin sentido, supeditadas a algo distinto a lo que haces, te supedita a ti y te coloca en el límite del absurdo, del sinsentido. Enfocarte en la finalidad que persigues con lo que haces es salirte del presente, pues el presente es lo que haces y la finalidad perseguida es lo que supones que ocurrirá después como consecuencia de lo que haces, es decir, la finalidad se encuentra en el futuro.
Si lo que haces es la finalidad que persigues, si es eso justamente lo que quieres conseguir, eso que haces tiene sentido por sí mismo, y tu acción te satisface sin necesidad de hacer el esfuerzo de trascenderla, es decir, sin necesidad de salirte del presente.

Del libro de Abu Francesc, Gozar la realidad. Manual de instrucciones. 

 

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