Para Rosa, compañera de viaje, compañera.
Hemos embarcado como sin querer
obedeciendo a fuerzas ancestrales poderosas.
Pusimos rumbo a las tierras ignotas del oeste
por ti.
Porque tenías noticias de ellas
y porque querías ayudarme en mi desgarro.
Benditos mis hijos que empujaron nuestro barco.
Ahora, ante un continente mágico y profundo
que alberga tesoros que apenas vislumbramos,
sacamos los machetes,
los volamos y abrimos el camino
hacia magníficas ciudades adornadas de alfombras
y diosas embriagadas.
Inexplicable y gozosamente juntos,
sin ti ni yo,
sin mi ni tú.
Adentrándonos veloces en el celeste Reino de las maravillas,
excitados, contentos, llenos de ilusión y temerarios,
navegando confiados en la noche más oscura.
Afrodita y Atenea partieron con nosotros,
Pachamama nos guiña su ojo más lascivo.
Que afortunados nuestros corazones
que beben gozosos de este vino!
obedeciendo a fuerzas ancestrales poderosas.
Pusimos rumbo a las tierras ignotas del oeste
por ti.
Porque tenías noticias de ellas
y porque querías ayudarme en mi desgarro.
Benditos mis hijos que empujaron nuestro barco.
Ahora, ante un continente mágico y profundo
que alberga tesoros que apenas vislumbramos,
sacamos los machetes,
los volamos y abrimos el camino
hacia magníficas ciudades adornadas de alfombras
y diosas embriagadas.
Inexplicable y gozosamente juntos,
sin ti ni yo,
sin mi ni tú.
Adentrándonos veloces en el celeste Reino de las maravillas,
excitados, contentos, llenos de ilusión y temerarios,
navegando confiados en la noche más oscura.
Afrodita y Atenea partieron con nosotros,
Pachamama nos guiña su ojo más lascivo.
Que afortunados nuestros corazones
que beben gozosos de este vino!
Paco Puertes.
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