Cuando
el sol te da en el rostro es difícil ignorarlo, aunque tengas los
ojos cerrados y un antifaz encima de los párpados. Cuando la
iluminación se derrama sobre ti es dudoso que puedas resistirte
con éxito a ver lo que te rodea. Difícil permanecer en la
ignorancia, aunque finjas con perseverancia y convencimiento, tu
corazón sabe que sabes. Entonces no hay rincón en el que te puedas
esconder de la luz.
Del
libro de Abu Francesc, Gozar la realidad. Manual de instrucciones.
Comentarios
Publicar un comentario