Los
seres humanos somos seres verdaderamente humanos en sociedad. Por eso
el sufí no se separa de la sociedad excepto por breves períodos de
retiro espiritual, retiro que no necesita hacer aislado en la
naturaleza.
Tienes
bastante con recogerte en tu interior, aislándote de los demás
en medio de ellos, durante un breve período de tiempo, sin necesidad
de salir de tu casa ni de tu ciudad,.
La
misma vida provee la materia para hacer de la realidad una práctica
espiritual. Sea cual sea la situación que te toque vivir en este
momento, es dentro de ella donde está tu práctica espiritual. La
sociedad es el medio idóneo para dicha práctica, pues la amistad,
el amor, el servicio y la unión se practican y entrenan con otros
seres humanos. Y la mejor práctica de la soledad del retiro es entre
los otros.
A
través de las personas, espejos de el gran espíritu, llegas a la
unión con él.
Ibn
Mauriya, Abdal.
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