MI NORTE


FIJAR EL RUMBO.
A mi bienamado hijo,
Hasta hoy el altruismo y la solidaridad nos han permitido a los humanos vivir en casi todos los nichos ecológicos del planeta. Ahora que la ciencia y la consciencia nos permiten ver las consecuencias de nuestras acciones (aunque no todas), abandonamos ambas y nos encerramos en un individualismo egoísta, renunciando a nuestra sabiduría, a la ciencia y a nuestra consciencia; renuncias imprescindibles para que este sistema socio-económico funcione.
De ese modo nos abocamos a un colapso inevitable y a una probable autodestrucción.
Ayer estuve cenando con el hijo mayor de mi compañera y su amigo en un restaurante coreano aquí en Londres. Excelente comida, excelente compañía. Una belleza esplendente impregnaba cuanto veía y hacíamos.
En ese mismo momento tuve consciencia de que toda esa belleza caminaba hacia la inexorable desaparición, por mor de la inconsciencia con la que estamos minando cuanto somos, como seres humanos y como especie, y cuanto hemos creado. Y me invadió la nostalgia.
Como no soy seguidor de ningún monoteísmo no me sirve pensar que nos lo tenemos merecido, ni que sea mejor así (ni peor). Una nostalgia que no me abandonaba. No era una nostalgia por lo perdido que ya jamás recuperaremos, sino por toda la belleza y todo el espíritu que se va a perder.
Esa nostalgia me devolvió al presente, a la urgencia de preparar a cuantas personas podamos para que puedan convertirse en algún tipo de luz para los supervivientes que estén cerca de ellas, después del colapso que ya se nos echa encima. La nostalgia me devolvió a mi ineludible tarea de viejo consciente e insignificante: no puedo alterar el rumbo de colisión del trasatlántico en que viajo, pero puedo enseñar a navegar en un bote salvavidas a algunos de los compañeros de travesía.
Cualquier otra cosa que haga no tienen sentido. Sentarme a esperar la colisión tampoco lo tiene. Y el desánimo o el temor no tienen ya cabida en mi corazón: lo que ineludiblemente tiene que llegar no lo temo, lo espero, y por ello me preparo para ello.
Pienso en ti, te recuerdo.
Un abrazo.

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